“El contrato con Antapaccay será el mayor de nuestra cartera: con 1,000 GWh por año y 160 MW de potencia, marcará además un paso clave en su hoja de ruta de descarbonización.”
¿Qué significó para Celepsa la adquisición de Termochilca en 2023?
Termochilca es un activo clave en el complemento del crecimiento en energías renovables no convencionales, pues el gas natural asegura la confiabilidad del suministro en el camino a la transición energética. Además, mejora nuestra eficiencia operativa y logra posicionarnos en otro nivel dentro del mercado. En el marco de nuestro compromiso con la descarbonización que compartimos como empresa del Grupo UNACEM, obtuvimos un préstamo para el refinanciamiento de esta adquisición por US$100 millones, con el objetivo de desarrollar proyectos de energía renovable.
¿Cuál es la relevancia del acuerdo cerrado con Antapaccay en diciembre de 2024?
Significa incorporar a un cliente minero importante, que comparte nuestros valores y compromisos de sostenibilidad. Fue la transacción más imporante del mercado eléctrico en 2024. Hablamos de contratos que, por su volumen y complejidad, requieren años de preparación. Son pocas las empresas en Perú capaces de ofrecer energía 100% renovable en estas condiciones y con esta escala. El contrato con Antapaccay, que entra en vigencia en enero de 2026, será el mayor de nuestra cartera: 1,000 GWh por año, 160 MW de potencia, además de marcar un paso clave en la hoja de ruta de descarbonización de Antapaccay.
Celepsa nació hace 15 años con un proyecto hidroeléctrico de gran envergadura que fortaleció el sistema eléctrico nacional. Hoy tenemos el 8% del mercado y atendemos cerca de 40 clientes con soluciones confiables.
¿Qué expectativas de crecimiento tienen en el sector minero?
La demanda de energía para minería con certificación de origen renovable sigue creciendo, lo que nos obliga a garantizar una oferta suficiente para responder a esta necesidad. Ya certificamos nuestras operaciones hidroeléctricas El Platanal y Marañón como 100% renovables, lo que nos permite emitir certificados I-REC a nuestros clientes. Ahora, el reto sigue siendo desarrollar una cartera sólida de proyectos solares y eólicos, así como evaluar nuevas oportunidades hidroeléctricas. Tenemos operaciones hidrotérmicas clave para mantener la estabilidad del suministro, siendo el quinto proveedor en esta industria.
Sabemos que Perú es un país minero por excelencia con numerosos proyectos en cartera. Como proveedores de energía nos interesa que estos se concreten, especialmente en iniciativas sostenibles que generen valor y contribuyan al crecimiento del país. Buscamos duplicar nuestra participación en ese mercado.
¿Cuáles son los principales beneficios de la autogeneración para la minería?
Los proyectos de autogeneración permiten a las mineras reducir costos, especialmente en peajes de transmisión, ya que se elimina los cargos asociados a la red. Ya desarrollamos iniciativas en esta línea, como la instalación de paneles solares en un área de conservación privada de UNACEM, y estamos explorando soluciones similares con un cliente minero.
Hace una década, los proyectos solares o eólicos exigían una justificación de capital mucho mayor. Hoy, la evolución en fabricación y logística ha facilitado su desarrollo y acceso. Si bien en Perú no contamos con fábricas de paneles solares (la mayoría de estos equipos provienen de China), la logística ha mejorado y eso se refleja en proyectos como el de Chancay.
¿Cuáles son los principales obstáculos para el desarrollo de proyectos renovables?
La misma “permisología” que es un desafío para la minería también nos afecta. Un proyecto puede tardar hasta cinco años desde su inicio hasta su aprobación final. Si el proyecto incluye una línea de transmisión, la situación es aún más compleja. En muchos casos, no son problemas técnicos o ambientales los que frenan los proyectos, sino cuestiones administrativas que pueden echar por tierra años de trabajo. Si estos procesos fueran más ágiles, el sistema contaría con una mayor capacidad de energía renovable.
Perú es un país rico en recursos mineros como cobre, plata y oro, pero también cuenta con un enorme potencial en energías renovables. Las zonas del sur reciben una alta radiación solar, mientras que el norte y regiones como Marcona tienen un gran potencial eólico. Además, el país dispone de una red de transmisión robusta y de gas natural, un combustible clave para la transición energética segura hacia renovables.
¿Cómo visualizan la evolución de Celepsa en los próximos años?
Nuestra estrategia avanza en dos etapas. Primero, optimizamos nuestras operaciones para maximizar el rendimiento de los activos y aprovechar sinergias dentro del Grupo UNACEM. Segundo, fortalecemos nuestra capacidad de crecimiento a través del desarrollo de proyectos de energía renovable que impulsen la infraestructura energética del país, tal como lo hicimos en el pasado.
Ya implementamos una planta solar en el Santuario de Amancay, en Lima, y una planta experimental en nuestras instalaciones, donde evaluamos tecnologías como baterías y distintos paneles solares a más de 3,000 m.s.n.m. Contamos con una cartera superior a 1,000 MW en proyectos renovables, entre ellos Solimana, en Arequipa, de 250 MW, que avanza hacia su etapa constructiva. Además, firmamos un contrato de suministro a largo plazo con Zelestra que viabiliza una planta solar de 200 MW en Perú y refuerza tanto nuestra oferta renovable como la transición energética de nuestras operaciones.